La reyna sol III

Y bueno, para que esta historia no llegue a aburrir. Los escándalos del hechicero estaban a punto de llegar a incontrolables magnitudes y un escándalo para el hijo del Inca no era algo aceptable. Antes que su padre cuestionara, el príncipe decidió darle fin al asunto.

Sol y el príncipe, ambos muy tristes, él recupero el hipo con la sola idea de no volverla a ver. Pero había tomado una decisión, se enfrentó al hechicero y le dijo que se llevara todas sus cosas, que se fuera inmediatamente, que no permitiría que abuse de las mujeres de su imperio, el cual amaba mucho y no dejaría que abusara de los débiles.

Sol se iba a quedar con el príncipe y no había mas trato ni treta. El hechicero dijo que se iba a arrepentir, que iba a dejar a Sol con él, pero en el momento menos esperado ella simplemente iba a volver con él. Advirtiendo esto, simplemente él y su caravana se fueron del lugar.

El tiempo pasó y cada día Sol y el príncipe estaban más tranquilos, porque no veían represalia alguna del hechicero, pasó así un año y sin hipo, sin amenazas, empezaron a sentirse seguros de que el hechicero había olvidado todo. Se casaron y disfrutaban la vida juntos.

Pasaron dos años y Sol quería tener hijos con el Príncipe, pero no salía embarazada y esto la preocupaba cada vez más. Empezó a tener abortos, cada vez que empezaba a sentirse segura de que el embarazo culminaría, era horrible. Se deprimía, no encontraba sentido a su vida con el príncipe y sentía que quería morir, que su propósito en la vida ya no era ninguno.

Fue en estas circunstancias y a pesar de todo lo que intentó el príncipe por ella, que pensó en volver al hechicero a pedirle qué hacer para lograr lo que quería. Con solo pensarlo el hechicero estaba ahí, listo para emprender su venganza, entrando en la vulnerable mente de Sol, convenciéndola que estaba arruinando la felicidad del príncipe, de su Imperio, de su familia, su propia felicidad, que la única salida era morir.

El príncipe trataba de sacar estas ideas de su cabeza, pero no sabía que el hechicero había vuelto. Fue por eso que decidió hablar con sus chamanes y estos le revelaron la verdad.

Dándose cuenta que nunca iban a deshacerse del hechicero y que su poder era imparable el príncipe consulto con el principal chamán y su padre, de lo que podía hacer con este tipo, alguna manera de mantenerse cerca a Sol sin estar esclavizado a él y mucho menos ella.

Y es así como esta historia termina, Sol es el sol de cada atardecer, desde que deja de ser amarillo, pasa por el naranja y por el rosa, rojo, morado, para preparse a dormir, a descansar, a iluminar al otro lado del mundo y el príncipe es esa parte del mar que siempre la recibe y la despide. Ambos se aman en el amanecer y el atardecer, de cada día, de cada parte del mundo.

Y es aquí que el hechicero no pudo hacer nada para evitarlo, porque en el gran poder de la naturaleza y el amor nadie puede mandar con malas intenciones. Fue con el permiso de la madre tierra que pudieron hacer esto, porque ella sabía lo profundo y eterno que podía ser su amor.

Y es aquí que termina la historia y el anhelo de Sol por tener hijos, ya que todos los nostálgicos que miramos el atardecer, somos de alguna manera sus hijos y ella cuidará por lo que anhelamos cuando vemos el amanecer o el atardecer.