Siu mai pa ti ...

¿Qué estoy pensando? ¿Realmente quieres saber qué estoy pensando? Estoy pensando en mi ciudad, en lo afligida que me siento, estoy de luto por su dignidad. Estoy pensando en la insensibilidad de su gente, que buscan UN responsable, UNA acción detonante que justifique todo esto. Pienso, siento y creo que esto es culpa de todos, que todos debemos corregirnos, que la violencia es plato diario en nuestra mesa y en la de nuestras futuras generaciones. La insensibilidad al dolor humano, la falta de empatía son los valores que reinan en nuestra sociedad. Una comunidad deslumbrada por el consumo, la gastronomía, la marca Perú, el autocomplacerse sin considerar al resto, en la sobrevaloración de la competitividad, en el yo yo yo soy o debo ser un líder. ¿Donde están hoy esos líderes que tanta propaganda les hacen? ¿Ellos nos dirigieron a esto? Es una sociedad que realmente cree, practica y difunde que el fin justifica los medios ¿Me provocas? Te mato, ¿Quiero plata? Me prostituy

Un cuaderno en blanco ha sido uno de los mejores regalos que me han podido hacer por mi cumpleaños. Creo que más allá de la oportunidad y la señal de "escribe" también es la señal de "empieza". Así que empecé y no paré hasta ahora por un rato. No he podido escribir mucho últimamente porque realmente me quiero avocar a mis estudios, mi familia y mi trabajo y solo a eso. Dejar de distraerme en chicos, fiestas y diversión para centrarme en lo realmente importante en la vida. Ocuparme en aquello que no debo cambiar por nadie y resulta siendo lo que más trabajo hasta ahora me da, mi amor propio. La noche anterior a mi cumpleaños dos grandes amigas me sorprendieron con unos daiquiris, una torta tres leches de chocolate (mi favorita) y un globo de cumpleaños para esperar las doce. Lo más rico de todo fue su compañía, sus consejos, la conversación que compartieron conmigo y mi familia. El saber cuanto me quieren, huevona, fue realmente un regalo sin precio alguno. Cum

Yo ya no te odio. Quiero que sepas que en realidad nunca lo hice. Tampoco pienso que eres mala persona, ni todas esas cosas feas que dije en un arrebato de cólera. No soy de las personas que odian, no me sale, no me funciona, tampoco quiero que me salga. Odiaría odiar. No odio a nadie, mucho menos a ti. Espero que nadie me odie, mucho menos tú. No renuncies a nada, mas bien yo te pido que te arriesgues a todo y vivas mucho más, que aproveches tu vida y la sientas plena de emoción, porque esa emoción no solo viene conmigo. Tu también la puedes hallar por tu cuenta, si no lo hiciste ya. Ojala podamos ser amigos algún día, aunque por el momento mejor no. Pero no te odio, así que por favor no me odies.

Al final tu eres mi más devota compañera, ahora que no puedo dormir o aquella noche con una copa de vino y ese libro. Estás en el camino al trabajo o a casa con el mp3 al oído. Cuando salgo a correr o decido montar bici por un rato. Hacía tiempo no acudía a esos espacios por la juerga, la diversión o lo que sea. Pero de alguna manera u otra siempre estás ahí, encuentras un rincón, por más pequeño que sea y aún evitándote me quieres, me abrazas, me buscas y me acoges en tus brazos. Cavilas conmigo esas ideas tontas o nada tontas, me haces acordar algo extremadamente gracioso al punto de reír como chiflada en medio de la calle, o avergonzarme al punto de sonrojarme, o enojarme al punto de zapatear sin importar donde este parada. Ahí estás, me haces intensa para mí, a veces también para otros, pero tu me haces intensa y feliz. Por esa misma razón, quizá también me soportas. Por lo menos tu sí aguantas tanta intensidad, cuento contigo ahora y siempre. A veces es bueno, a

¿Quién te ha hecho el amor así? ¿Quién te ha hecho el amor? Nunca nadie me miró como él me miraba, me abrazó como él lo hacía. Él no quería poseer mi cuerpo y concentrarse en su placer. Él quería conocerme, me miraba con esos ojos nobles y muy abiertos, me regalaba esa risa tierna, me acariciaba con calma. Quería saber de mí como nunca antes nadie quiso saber, se acurrucó a mí y prefirió conversar y saber más de mí y yo de él, antes de concentrarnos en el placer del momento. Quizá no me hizo el amor, para mí fue la primera vez que un hombre me hacía el amor y así lo sentí. Quizá todo fue mentira, quizá el solo fingía, yo no. No le debo nada a nadie, así que yo no finjo nada. Te extraño y añoro que me hagas una vez más el amor como ese día, porque me miras, me sonríes, me preguntas, te interesas. Pero en realidad tanto no te interesó, al final cuando tu pudiste ser aquel al que recurriría por más amor terminaste siendo al que evadí para no salir aún más herida. O