Soledad
Al final tu eres mi más devota compañera,
ahora que no puedo dormir o aquella noche con una copa de vino y ese libro.
Estás en el camino al trabajo o a casa con el mp3 al oído.
Cuando salgo a correr o decido montar bici por un rato.
Hacía tiempo no acudía a esos espacios por la juerga, la diversión o lo que sea.
Pero de alguna manera u otra siempre estás ahí, encuentras un rincón, por más pequeño que sea
y aún evitándote me quieres, me abrazas, me buscas y me acoges en tus brazos.
Cavilas conmigo esas ideas tontas o nada tontas, me haces acordar algo extremadamente gracioso
al punto de reír como chiflada en medio de la calle, o avergonzarme al punto de sonrojarme, o enojarme al punto de zapatear sin importar donde este parada.
Ahí estás, me haces intensa para mí, a veces también para otros,
pero tu me haces intensa y feliz. Por esa misma razón, quizá también me soportas.
Por lo menos tu sí aguantas tanta intensidad, cuento contigo ahora y siempre.
A veces es bueno, a veces no tanto,
pero ahora es muy muy bueno tenerte de compañía
Aquí y ahora.
Comments
Post a Comment