No me gustan los makis, pero adoré el carnaval

Pues sí, nunca había probado makis, sushi o toda esa parafernalia de la moda japonesa. A lo mucho me llegaron a gustar los prácticos palitos chinos para peinarme.

Tampoco había ido a un carnaval, pero este si fue una buena primera vez. No sabría decir si lamentablemente, porque me gusto estar así, pero salí pintada, golpeada, bañada en vino, chela y (ojalá) agua.

Fueron dos primeras veces consecutivas, pero con linda compañía todo pasa bien.

En el carnaval, la onda de la gente en barranco era muy paja. Todos pintaban a todos, reíamos y gritábamos demandantes por MÚSICA, MUUUSICA! Cuando la música acababa, buscabamos demandantes CHELA, CHELAAA! en el Juanito que precozmente cerró.

Por supuesto no faltó la desubicada que cuando le cayó pintura dijo: "Ay! por qué me pintas? Envidiosa, todo porque soy rubia." Pero yo en esa euforia, era más que rubia, era multiracial, multicolor y multicochina con pintura y demás sustancias en todo mi cuerpo. Explicar todo eso lo resumí en un certero "Bah!"

Euforia, chela, pintura, vino, ¿agua? música, gritos, tambores...
Lo mejor de todo fue la compañía y el ánimo que todos ellos me contagiaban con cada manazo de pintura.


Y cuando pienso en los tambores solo puedo recordar esta canción.


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