Gente de mierda


Cada día, cada situación me sirve para aprender cosas que creía saber, pero no creí que llegaran a esa magnitud, a esa magnitud de gente de mierda. Ando yo muy ilusa por la vida, pensando que la gente no es mal intencionada, la gente es buena, nadie puede ser completamente bueno o completamente malo. MENTIRA!

No sé en qué mundo estaba viviendo porque si las hay, peores que villanos de telenovela mexicana, sin maquillaje oscuro, sin cejas muy arqueadas, sin labial rojo vino oscurísimo. No, parecen lindas personas de ojitos bonitos y sonrientes que te tratan de hijita, reina, mi amor.

Bueno, les cuento que yo no soy así y no me gusta la gente que me trata así, siempre he desconfiado de ese tipo de gente. Pero esta persona que conocí en mi última experiencia laboral me ha asqueado, repugnado al máximo punto de lo que hasta ahora es mi vida.

Todo empezó una tarde de semana, una entrevista de trabajo con una chica muy bonita, super hábil, luchadora, afortunada por que la vida le dio mucho. No es bueno discriminar a los pobres y tampoco a los ricos, no por ser ricos son mala gente, me pareció que tuvo sus dificultades (porque me contó que fue madre muy joven) y que a pesar de eso estudió y logró formar una empresa y una linda familia, lo cual es meritorio y digno de admiración.

Pero era extraño, la gente se le iba como agua, renunciaban, duraban días y se iban. Así con 5 personas en un lapso de las primeras dos semanas que estuve trabajando, yo no entendía bien, algunos me dijeron porque ella es muy engreída, demasiado exigente, hasta mi mamá me dijo que tenga cuidado con esa mujer porque era muy controladora. Mi mamá es muy capa en darse cuenta de la gente, al toque. De a poquitos me iba desanimando de trabajar ahí, pero no tenía una razón fuerte, era por comentarios y experiencias de otros, intuición, pequeños indicios.

Una de las razones ajenas que más pesó en mis intuiciones fue el trato al personal de su casa. Sucede que esta señora tiene la oficina en su casa, así que yo veía lo que pasaba en su casa. Es impresionante como la gente llega a abusar de gente con menos conocimiento y dinero que ellos, eso me jodió profundamente. Dícese cristiana, dícese promotora del desarrollo personal, de los valores y principios; y hace que su personal vaya muriéndose de enfermo, cayéndose de cansancio, haciéndole quedarse horas extras sin pagar. Ofreciendo regalos y favores que luego querrá cobrar.

Esas cosas me enfurecen, me siento impotente, eso hizo que yo ya pensara en irme, pero tampoco me debo perjudicar por razones ajenas. Apoyo a la nana, es una buena mujer, se siente, es sincera, pero alguien que no sabía sus derechos, felizmente el internet lo tiene todo y pudimos descubrir que es lo que puede reclamar o no. Pero aún así ella está siendo flexible, dándole tiempo más que suficiente antes de su renuncia y aún no le paga. Ojalá hoy lo haya hecho, no me llamó así que imagino que sí.

Finalmente me hizo la cagada a mí, el viernes me aprobó un presupuesto en unos folders, pero el lunes me dijo que ella los hubiera conseguido más baratos y que me iba a cobrar la diferencia. Así que después de mucho discutir, ninguna de las dos cambió su punto de vista, ella que no se podía perjudicar por algo que era mi responsabilidad y yo porque nadie puede tocar mi sueldo, ni el presidente del Perú ni mucho menos ella y que si me hace eso hoy, lo hará mañana y pasado. Me enfureció mucho, pero finalmente que le vamos a hacer, tuve que ser calmada y quedamos cordialmente bien.

Es una lección que me quedó y es que la gente no siempre es buena, puede ser mala. A pesar que se digan muy cristianas, muy santas, muy de principios y buena familia. La gente de mierda es de todo estrato social, de todo contexto, es una cuestión de familia y viene gratis, asi que le puede caer a cualquiera. La verdad que antes estaba furiosa en este tema, pero he aprendido que enojarme solo me afecta a mi, debo confiar más en mi intuición para la próxima.


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