Backup II
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Se empezaron a dar los reclamos, mutuos. Pura costumbre,
ningún cariño. La necesidad de verse es mutua pero no coincide. David quiere
ver a Daniela cuando ella está ocupada, Daniela quiere ver a David cuando él está
metido en mil trabajos y no tiene tiempo ni de respirar.
Ambos se molestan con el otro, reclamándose parejas
inexistentes. Pensando quién sabe qué cosas del otro, celándose, necesitándose.
En general las cosas parecen haberse ido al desagüe. Al
principio la pasión y la necesidad del cuerpo del otro eran muy fuertes, no
había razón ni medida, empezaron por una vez por semana y creció a ser pan de
cada día. Últimamente dejó de ser diario o semanal por diferentes razones.
Algo feo fue cuando Daniela se enteró que David le mintió
en su edad, lo cual no le molesto hasta que pensó: “Si me mintió en su edad,
¿en qué más me miente?” – Y sintió celos – “Seguro está con otra y también me
miente en eso.” No se ilusionen señores, estos celos no son indicios de amor o
nada parecido, son puro y malévolo egoísmo, posesión, deseo de exclusividad y
de sentir que le impusieron dieta a su ego.
Después de identificar sus sentimientos, Daniela se
sintió repugnante, mala, y dijo lo siguiente a David:
Ha pasado casi un
año desde que empezamos esta aventurita y solo siento que me he convertido en
lo peor de mí; no te quiero, pero te celo; no quiero estar contigo, pero te
pienso en mí todo el tiempo (seguramente más que tú); he hecho costumbre
convertir algo tan hermoso como hacer el amor en sexo y deseo; todo carnal,
nada espiritual. Te he convertido en un objeto y no te valoro como persona.
Quizá tú puedas
vivir haciendo eso, yo ya no puedo más. No sé si creo en el amor o no, la
verdad ahora no quiero enamorarme de nadie. No me alejo de ti por amor o por
miedo a que venga mi príncipe azul y descubra esta cosa repugnante e impura de mí.
Es por mí, es porque me quiero querer cada día más así solo me odio y me doy al placer, al
deseo. Estoy viviendo mi propio infierno, David. Todo el tiempo me culpo y me
siento mal conmigo misma, menos cuando estamos haciéndolo. ¿Qué carajos estamos
haciendo? Sé que tú no me quieres tampoco y siento que ya no deseas continuar
este limbo, dime que ya no haremos más esto para poder empezar a perdonarme y a
quererme como soy.
Lo que respondió David no es nada romántico, todo lo
contrario. David se cansó de lo complicada que es Daniela y solo atinó a dar la
siguiente respuesta:
Dani, estas depre,
date cuenta que soy distante con todos, no solo contigo, no hay con quien conversar, alejo a la gente,
no tengo amigos. No sé qué buscabas conmigo si yo no soy nada, es una vergüenza andar conmigo, ni siquiera
puedo ofrecerte cariño
Dani, soy un muerto
en vida, no me gusta nada, solo me gusta el sexo. Sigue usándome cuando
quieras, a mi me encanta, siempre tendrás dispuesto al chico raro.
Sobre si te mentí o no, nunca sabrás la verdad,
no vivas así, Dani. Nadie es dueño de nadie, todos moriremos, yo ya estoy
muerto. Han dicho quererme, ¿para qué? Estoy jodido, soy basura.
Ya me arruinaste el
día, ¿tienes algo más para adornar el pastel?
No, adiós.
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