Super lolita en Miraflores

Lolita iba caminando por Miraflores, vestía lo que ahora llaman "look urbano" pero ella siempre había vestido así, sin estereotipos, como le venía en gana, sin intenciones de llamar la atención y por sobretodo cómoda.

A pesar de no buscar atención Lolita siempre atraía miradas. Era guapa, ni gorda ni flaca, voluptuosa en los lugares apropiados y a la medida justa y necesaria. No muy alta y su único acto de vanidad habían sido sus lentes cosméticos negro azabache, los que le daban una sensación de tener mirada de gitana.

Se dirigía a su departamento en Miraflores, caminando por la Avenida Diagonal, bajo el cielo color panza de rata que caracteriza a Lima en invierno.

Pasó por la calle de las pizzas y había ya una que otra obvia puta paseando por ahí. El viernes estaba soltando sus primeros vestigios.

Entró a Berlín pensando en que se pondría para la cita de más tarde, un nuevo cliente había caído en la trampa de la historia de su mayor fantasía sexual, era un trío con su prima.

A pesar de su apariencia en ese momento, cuando Lolita trabajaba era muy cuidadosa con su aspecto, meticulosa en su trabajo y dedicada a la plena satisfacción de su cliente. Por lo que no era cualquier puta, era Super Lolita, la más vip de las vip.

Y era por ser tan buena que algunos clientes tenían la frecuente idea de devolverle tanto placer preguntando su más preciada fantasía, a lo que ella respondía con la historia del trío con su prima. Así los ingenuos pagaban a cada puta por el extra trabajo y por la compañía de esa noche.

Algunos caían y cuando lo hacían era el super negociado para la super lolita.

La sociedad siempre juzga de dos cosas a las putas. O de pobretonas ignorantes sin oportunidades o de pervertidas sexuales por algún trauma con una infancia disfuncional. Bueno pues Lolita pensaba que quizá tenía un poco de ambas y, eso sí, mucha conchudez.

Su familia no fue un algodón de azucar, pero ninguna lo es y le dieron educación hasta la secundaria, pero para más no les dio la plata. Su papá las abandonó cuando ella estaba aún muy pequeña. Ahora su mamá y su abuela ya no estaban en edad de estar trabajando para mantenerla. Por lo que Lolita, siendo siempre tan guapa, salió del colegio para ser anfitriona, modelo y así llego a ser lo que era ahora.

Había que ser sinceros, nunca fue una de las primeras de su clase y tampoco tuvo la intención de serlo. Desde esa época sabía que al final la pasaban o por su linda cara o por su poder de convencimiento con una pisca de lindos pucheros.

No es bonito ser puta, no señor, pero para ella tampoco era tan insoportable así. Tenía sus necesidades materiales, así las cubría y así podía ayudar en su hogar. Ella sabía que en cuanto se empezara a sentir cerca a estar vieja tendría que estudiar algo, para mantener su estilo de vida o lo más parecido posible, ya que no hay AFP de putas.



Era una chica decidida, independiente, calculadora y felizmente, más inteligente que antes. Pero en experiencia, solo la vida te califica, no hay profesión en la universidad de eso.

Tuvo novio sí, muchos años, pero no funcionó. Pues a pesar de ser muy buena puta, ella lo quería a él y él la quería cuando le venía en gana. Al final la dejó sola con un embarazo, que terminó en aborto y ojala se hubiera ido a la mierda, donde ella lo mandó mentalmente después de ese incidente, pero se fue de viaje y nunca más supo de él.

No hay final feliz en esta historia, pero tampoco es triste, es más, no hay final alguno. Porque Lolita sigue presente, sigue siendo puta y sigue haciéndolo super vip porque si es lo que va a hacer, pues lo hará excelente. De lo contrario ya no lo hará.

Tampoco lo hará tanto tiempo ah! Pero no espera que ningún príncipe la rescate de lo que ella no está atrapada. Lolita solo fluye en Miraflores bajo el cielo color panza de rata que caracteriza a Lima en invierno.



Comments

Post a Comment

Popular posts from this blog

Hombre de lata

Circo de contradicciones

Auto traición