Una carta que nunca se enviará

 Felizmente esta carta nunca se enviará, X:



No sé que hago mentalmente exigiéndote todos los días reconocimiento.

Luego, no lo hago jamás, 

tú estás roto, juntando tus pedazos hace poco resquebrajados.

Y yo también.



En mi caso, no tan recientemente resquebrajados, 

pero solo sé que es mentira que el tiempo lo cura todo.

Pasa el tiempo y no curo nada, lo extraño aún.

Me siento sola y lo extraño aún más; en mi día a día,

en mis pensamientos, en mi cuerpo, en mi cama, ver su sonrisa, saborear sus besos.

Nada de eso existe y es como si recién me hubiera ido ayer y no hace 2 años.

Me hace falta, siento el hueco vacío de su ausencia en mi vida.

Hay días que son incluso peores que otros, sin embargo, algunos son buenos y ni lo pienso.




Y por otro lado está mi papá,

que siempre insiste en hacerme daño inintencionalmente,

y, por supuesto, yo siempre debo entenderlo porque eso siempre termino haciendo.

Inicialmente lucho contra eso, 

luego, por compasión, termino subestimando mi sentir

en pro de que él no se sienta culpable.

A veces pienso que por eso me involucro en relaciones de ese estilo, quizá así es.




Siempre termina importándome más como se siente el otro antes que yo.

Es el patrón de mi vida desde muy pequeña

y sigo buscando involucrarme en relaciones donde no dejo de estar disponible y espectante,

para que termine en que nuevamente me usan de sparring emocional, hasta con el gato

lo cual para mí ahora ya es el colmo de los colmos.


No tengo energía, estoy agotada y luego eso afecta mi trabajo,

lo cual no puedo permitirme.



Finalmente, solo quiero preguntarte si te avergüenzo,

como si eso fuera importante, porque de alguna enferma manera lo es.

Entonces, en conclusión sí, es importante,

y al sentirme así yo me avergüenzo de mí misma.

No tengo energía ni para mí, ni para ti,

ni siquiera para el puto gato que me atormenta con su malcriadez,

mucho menos la voy a tener para otros.


Felizmente no enviaré este mensaje, mucho menos lo diré,

mejor aún que tú nunca lo leas o escuches,

que no sepas que me importa tu perspectiva de mí,

aunque creo que es algo evidente para aquel que presta atención.





Siempre recuerdo y vuelvo a escuchar a María Félix diciendo que sea auténtica conmigo misma,

sé que serlo no es expresarte lo que siento,

es simplemente no estar disponible ni para ti,

ni para nadie más que aquel o aquella persona que realmente quiere estar y me quiere.

Y, cuando me siento así como ahora, 

siento que esas personas están demasiado lejos y una vez más no tengo energía para nadie.


Creo que solo quiero quedarme sola en la cama todo el día,

a veces ese es el mejor remedio para mí.




Comments

Popular posts from this blog

Hombre de lata

Circo de contradicciones

Auto traición