Sunshine of Love

Hoy salió el sol. Había preparado unos ricos tallarines rojos con mucha carne molida, que salieron muy bien y comimos muy contentos. Luego, ya que había salido el sol, no quisimos desperdiciarlo. Sacamos inmediatamente a Ayla al parque, cual Kiko, a lucir sus juguetes.

Las dos hemos corrido como en viejos tiempos, que espero tan viejos no sean. Ella es de los pocos seres leales realmente, en sus ojos puedes leerlo todo, sin que ella hable. Ayla esta malita y me duele en el alma dejarla ir, pero no lo haré sola, lo tendré que superar con todos los que aquí la amamos. Recordaré esta tarde bajo el sol, corriendo, persiguiéndola, diciéndole: "Dame, dame la pelota." Recordaré este momento por siempre en mi corazón.

Recordaré el último tiempo que pasamos juntos en esta casa, a la cual no me duele mucho dejar ir, pero me duele mudarme UNA VEZ MÁS. Cuesta cambiar las cosas, pero así uno no quiera estos cambios se dan. Lo constante en mi vida es el cambio, es de lo único que puedo decir que realmente pasará.

Muere una amiga muy amada, una hermana, una casa, una etapa, un lugar, un trabajo, un amor. Muchas cosas mueren y otras nuevas nacen o esperan el momento apropiado para nacer. Algunas no muy buenas también, por ejemplo cuando nacen las deudas, de las cuales estoy aprendiendo a no dormir tranquila. Recién hoy entiendo a mi viejo cuando no puede vivir en paz por las deudas.

Renegar no me lleva a ningún lugar, solo a pelearme con la vida, con todos a mi alrededor y al final las cosas igual cambian, igual joden. De nada vale amargarme. Al mal tiempo buena cara y un montón de tetudeces que te dicen para pasar el mal rato de la manera más soportable posible.

Si hoy una de los seres que más amo se irá, no la haré sufrir más y tampoco le causaré pena demostrandole mi dolor. Vivió dignamente y quiero que así se vaya, porque la amo mil.