Esto lo escribo para ti: Amor posesivo

Lo siento, ya no queda nada, otra vez, otra maldita vez, vacía. 

Lo siento, no puedo dar nada porque hasta el aire me ha abandonado.
No hay espacio en el que no estés y ya me ahogué de ti.

¿Dónde estoy? Parece que no existo más
y siempre queda ese último aliento, un último grito,
uno de auxilio, uno de vida.


¿Sabes cuántas veces he muerto?
Aún así, en todas ellas he vuelto a nacer.

¿Sabes cuántas veces he sentido el corazón en la garganta? 
y ésta, seca, no deja que salgan las palabras
Por eso escribo, porque es mi espacio
y no lo quiero como mi último espacio,
lo quiero todo, quiero vivir plenamente.

Y a pesar de que, solo el existir en este mundo me mata,
átomo tras átomo, célula tras célula,
más me matan las puñaladas a mi corazón, a mi amor propio
Dios! No sabes cuánto me ha costado encontrarlo...
para perderlo, para entregárselo a un hombre, a un ser humano,
y así seas el mejor de todos, 
ni mis padres, ni mi familia, ni mis amigos, NADIE!
Nadie lo vale, solo yo.

Solo yo sé cuántas veces he oído que no soy suficiente,
cuántas veces aún lo oigo en mi cabeza,
para que tú también me lo digas.

Ya no puedo, lo siento, quizá debería poder,
pero ya no tengo más fuerzas, ni ganas de tenerlas.

Tú me hieres, tus celos me hieren,
pretendo que no, pero cuando duele, duele horrible.
No puedo respirar, mucho menos pensar.

¿Sabes cuántas veces he entregado mi corazón para que lo pulverizaran?
Nunca soy suficiente, ¡NUNCA LO SOY!
Creo que tampoco lo soy para ti,
siempre seré la tramposa, la perra que podría acostarse con todos.

Y, ¿sabes qué? No hay nada que me haga más feliz que serlo,
ser una perra, pero no una en celo.
Sino una fiel, amorosa y valiente perra
que no teme enfrentar a nada ni nadie por ser feliz.
Esa clase de perra soy, 
la que quisieron envenenar y sigue viva.

Pero, sabido es, que a ningún hombre le gusta estar con una mujer perra,
entonces, no quiero estar con nadie.
Yo sola, lejos del veneno del mundo
que parece hacerme más daño que al resto de mortales como yo,
y, a la vez, parece haberme hecho más fuerte pero no menos sensible.



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