La reyna sol

Érase una vez un príncipe Inca, era un joven de caracter fuerte y muy aplicado a la ley de su tierra y que le inculcó su familia. Un día mientras meditaba caminando por sus tierras, dio un suspiro, se atoró y le dio hipo.
No fue un hipo muy molesto, pero al rato se cansó de hipar tanto y volvió a su palacio. Pero al llegar e intentar todo, el hipo no pasó. Pasaron los días y el hipo no pasaba.

Empezó a acostumbrarse a una rutina diaria de ejercicios y manías contra el hipo: Tomaba agua, se paraba de cabeza, aguantaba la respiración hasta casi la asfixia y nada, no pasaba. De diferentes reinos traían las bestias más horrorosas del planeta y aún así con miedo, no le pasaba el hipo. Incluso trajeron a la mujer más espantosa del mundo, una que en cuanto se sacó el velo, abrió las fauces para gritar "¡Que pase el desgraciado!" Ni aún con ese monstruo se le quitó el hipo.

Pasaron los días, semanas, meses, casi un año. No pasó el hipo. Al ver esto el príncipe inca pensó que ya no podía hacer mas que esperar su muerte de hipo. A pesar que habia acudido a los mejores chamanes estos tampoco pudieron hacer gran cosa.

Resignado el príncipe inca, continuó su vida y llegó su cumpleaños. No estaba muy de ánimo para celebrarlo, pero el Inca le dijo que debía hacerlo, porque el pueblo entero esperaba esta fecha para rendirle homenaje y no podía hacerles desplantes.

El Inca, a pesar de su absoluto poder, era un hombre justo y enseñaba justamente a sus hijos, aunque tuvieran más privilegios que el resto debían cumplir las obligaciones de su posición y ser buenos líderes, hombres educados y de palabra.

El príncipe Inca era todas estas cosas, así que decidió seguir con las celebraciones programadas. Trajeron comida, música, bailarines, regalos, adornos, bebidas y todo lo que un príncipe de un imperio tan grande podía recibir en su cumpleaños.

Pero en especial la música, fue lo que llamo la atención del príncipe, escuchó una voz hermosa de mujer y fijó su vista en el grupo musical, la chica que cantaba era muy bella, tanto así que cuando recién la vió su hipo desapareció por el tiempo que ella cantó y el la admiró.

El príncipe fue sensato, tampoco se podía enamorar y querer casarse de buenas a primeras. Pero realmente quería conocer a esa chica, que vestía tan simplemente y con poca pintura en la cara, a comparación de las mujeres que ofrecían para casarse con él.

Quería salir con ella, invitarla a algún lugar bonito y conversar, quería conocerla y ver si tanta belleza era cierta. Pidió a uno de los organizadores de la fiesta si podía hablar un minuto con la chica y la trajeron a él. Le dijo que lo que cantó fue muy bonito y que le gustaría invitarla a salir. Pero ella le dijo que no podía, que en realidad el líder de la banda era un mago y tenía un hechizo sobre ella, que no cualquier chamán podía romper, porque quería que ella cante para siempre en su banda y no se aparte de él, aunque ella no lo quisiera y se lo demostrara constantemente.

El príncipe inca se puso muy triste, pero igual disfruto de su fiesta de cumpleaños, mirando de rato en rato a la bella cantante. Luego que la banda terminó de tocar y cantar, el príncipe se acercó a brindar con ellos en representación de su agradecimiento por su buena música. La fiesta terminó en destrucción y cada uno durmió donde quedó, pero el príncipe Inca invitó a la cantante a ir a su jardín, le dijo: "Ven conmigo a conversar, te aseguro que no pasará nada con el mago, porque le puse algo para dormir en su copa, a él y a toda su banda, menos a ti y los demás solo duermen de borrachos"

Así que la cantante aceptó ir con él. Había hecho preparar un buffet de coloridas frutas en medio del jardín, a la luz de las velas mientras aún no amanecía. Todas las frutas eran las mejores de la selva del Perú, por lo que eran deliciosas. Conversaron de la vida de cada uno de ellos.
La cantante pensó que el príncipe en realidad no era muy guapo, pero era una persona muy culta y educada, además de atento y gracioso.

Mientras ella le contaba su vida, su modo de pensar y diferentes aspectos de su vida, el príncipe Inca pensaba que además de ser hermosa era una mujer encantadora, con puntos de vista distintos al de él, pero eso no le molestaba porque lo decía con la seguridad que nunca había visto en ninguna mujer. Ella había recorrido el mundo y él quería recorrerlo con ella, se dió cuenta, mientras ella hablaba, que se había enamorado a primera vista y que con ella ya no tenía hipo. No era lo más sensato enamorarse, pero era lo que sentía y prefirió callar al respecto.

Volvieron a la fiesta. Siguieron buscando la forma de verse a escondidas del mago, durante un mes. Pero después de este tiempo el mago decidió que debían seguir su camino por otros paises, ya que nunca se quedaban en un lugar por mucho tiempo.

Cuando la cantante le contó esto al príncipe el le confesó que se había enamorado y ella le dijo que también y que a pesar que muchos hombres habían ofrecido liberarla y se habían enamorado de ella antes, era la primera vez que ella sentía que también lo amaba y no sabía que hacer con ese sentimiento porque el solo pensar en alejarse, le dolía en lo más profundo del corazón. Ninguno de ellos había sido tan hombre como él.

... continuará


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